Cuenta una leyenda china que hubo una mujer que vivía con su tío. Cada uno dependía del otro para vivir, y llevaban una vida pobre y sencilla (aunque cronológicamente se debería de pensar que el tío es anterior a la mujer, en el relato la mujer es anterior al tío).
Cuando la chica llegó a la edad de poderse casar, no había nadie que la quisiera, ya que por aquel entonces apenas había hombres en el mundo. Fue entonces cuando un lama (un maestro espiritual del budismo) se le acercó y le dijo que debía casarse con su tío, pero ella no le hizo caso. Sin saber cómo, la muchacha se quedó preñada, y empezó a dolerle la tripa como si se la estuvieran cortando, pensaba que el lama la estaba castigando por desobedecerle. En poco tiempo dio a luz a un tigre y a un hombre. Al momento, el tigre ya podía saltar, pero el hombre no podía ni moverse.
Cuando los hermanos crecieron hubo un día en que salieron al bosque a cazar. El tigre, sin apenas esfuerzo atrapó un ciervo, y el hombre, por más que se esforzó, no consiguió capturar ni un conejo. El tigre se enfadó mucho, corrió junto a su hermano, y tomándole por el cuello, le insultó por ser tan torpe.
Pasados varios días, el tigre volvió a proponer a su hermano hombre que salieran de caza. Tras haber capturado algunas fieras, el hombre tomó dos palos, y frotándolos hizo un fuego. Tomó la carne y la puso al fuego para asarla, cuando el delicioso aroma del asado se esparció por todas partes, el tigre con su garra afilada tomó toda la carne, y mientras masticaba ansioso decía a su hermano: "Eres un bobo. En cuanto acabe de comer esta carne, me comeré la tuya."
El hombre al escucharle, corrió a casa asustado. Aún jadeando comenzó a planear una forma de acabar con su hermano. Al día siguiente, el hombre fingió ante el tigre tener ganas de ir a cazar al río. Esta vez llevó su arco, y buscó también un pequeño insecto, que colocó sobre la espalda del tigre sin que este se diera cuenta. Al llegar junto al río, el hombre cruzó primero, escondiéndose tras un gran árbol. El tigre le siguió cruzando las aguas, el insecto le empezó a morder en su espalda produciéndole un gran picor, entonces el tigre se rascó con sus garras. El hombre, al ver que el tigre estaba en mitad de la corriente rascándose, aprovechó para colocar una flecha en su arco, y dispararle clavándosela en el cuerpo. El tigre ahora tenía dolor y picor, y no podía vencer la corriente. Así cayó al fondo del río siendo arrastrado por las aguas.
Esta leyenda se cree que se refiere en parte a cómo el ingenio es superior a las habilidades físicas.
Hecho por: Miguel Valverde Nieto
No hay comentarios:
Publicar un comentario