Té:
infusión de las hojas y brotes de la planta del té (Camellia
sinensis).
Este tipo de infusión principalmente formada por agua, ha llegado a
la actualidad debido a su sabor fresco y ligeramente amargo. Incluso
ha podido extenderse por todo el mundo a través de sus diferentes
tipos, pero ¿alguien sabe su fortuito origen?
El
descubrimiento del té proviene de dos leyendas acerca de la misma
persona,神农,
Shennong
(escrito en pinyin) o Shen Nung (escrito en Wade-Giles). Shennong era
uno de los Tres Augustos (三皇五帝).
Estos eran los gobernantes mitológicos que estaban gobernando antes
de la primera dinastía Xia. A los Tres Augustos según la tradición
china, se le atribuye la fundación de la civilización china, ya que
fueron los creadores de las instituciones sociales, culturales y
económicas, al igual que la familia, la agricultura, la escritura
entre otros inventos. Por ese motivo, Shennong es conocido como el
Granjero
Divino debido
a su foruito descubrimiento. Se cree que vivió hace unos 5000 años.
Después
de explicar un poco de información sobre Shennong empezaremos a
explicar las dos leyendas que cuentan su casual descubrimiento:
La
primera leyenda cuenta que un héroe cultural llamado Shennong tenía
como hobby probar las hierbas que se encontraba en sus excursiones,
con el objetivo de encontrar aquellas que sirvieran para curar los
males del pueblo. En sus excursiones, Shennong visitaba zonas remotas
de montaña, riveras, mar, etc. Y probaba cada hierba que se
interponía en su camino. De esa forma, experimentaba las diferentes
funciones de cada tipo de hierba y consiguió el apodo del
“Agricultor divino”, causa de su rara costumbre.
Un
día, cuando Shennong se encontraba en uno de sus “viajes”, se
encontró con una hierba y la probó, como acostumbraba a hacer.
Inmediatamente se le empezó a hinchar y secar la lengua, llegando a
tener el tacto de una bola de algodón. Encontró un gran árbol, y
agobiado, decidió sentarse a descansar. De pronto, se levantó una
ráfaga de viento, y por casualidad o coincidencia se cayeron algunas
hojas de color verde oscuro a sus pies. Por hábito (y más por
desesperación) comenzó a masticar la hierba, esperando que surgiera
algún efecto en el mal que tenía. Para su alivio, las hojas
emitieron un olor aromático, que junto con su saliva hizo que su
lengua volviese a estar hidratada, desapareciendo todas sus
molestias.
¿Increíble,
verdad? Pues la siguiente tiene menos suspense pero es más sorprendente.
Nos
remontamos antes del tercer milenio a.C. En esos tiempos, según la
leyenda de los tres augustos estaba gobernada por Shennong también
conocido como El
Sanador Divino.
Este personaje era muy escrupuloso, evitaba cualquier contacto
personal, a no ser que fuera una persona muy, muy cercana. Además,
hacía que sus sirvientes le abrieran las puertas para evitar
cualquier posible contacto. Pero eso no es todo, cuando bebía agua,
mandaba que se la hervieran. Un día, cuando descansaba apaciblemente
en su patio, la hoja de un árbol cayó casualmente en su taza de
agua caliente. Shennong percibió el suave aroma que emitía la
fusión y decidió probarlo, tras lo cual llegó a la conclusión de
que era un sabor exquisito. Decidió investigar más sobre esta
maravillosa planta y descubrió sus propiedades curativas.
Hecho por: Diego Cabrero
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